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Primero encontré súper potente la respiración, nunca había hecho un ejercicio así, fue difícil al principio. Pero el viaje sonoro fue interesante, recuerdo que fue en la mañana , entonces había despertado hace poco, por lo que a ratos entraba en un trance similar a estar dormida.
Respecto a lo que ocurrió después, en esas fechas tuve el envión de empezar el proceso de microdosis, pero me demoré un mes aprox, porque me fui de viaje a la semana después del equinoccio, ese viaje igual fue potente.
La primavera en sí fue cuática, una etapa de transición y de destrucción de muchas cosas, para dejar espacio para lo que tenga sentido y sea, en cierta forma, saludable. En general solía deprimirme en primavera, aún no entiendo bien por qué la primavera genera eso en algunas personas, pero este año logré verlo desde otra perspectiva, como en tercera persona (o algo así ). No con esa intensidad de sentir que caía en un precipicio sin fin. Ahora era una espectadora que veía el precipicio, pero al mismo tiempo, otros senderos más seguros para siempre tenerlo en cuenta y poder evitarlo.